jueves, 27 de enero de 2011

"La Naranja Mecánica es mi película favorita ahora mismo. Tenía ciertos prejuicios contra ella pero tras verla, me di cuenta de que es la única que existe acerca del verdadero significado del mundo moderno." Luis Buñuel
Film que con aciertos y errores, tiene el status de obra clásica, influencia de una generación entera de cineastas y cinéfilos. Desde varios puntos de vista como el estético, el moral -hasta por su nefasta historia de prohibiciones-, todo teñido de un personal e innovador estilo. Adaptación inmejorable del libro de Anthony Burgess, que narra parte de su experiencia personal al estar desempleado y ser víctima de la violencia por el hecho -poco conocido- de ser su propia esposa víctima de una violación por tres soldados durante la guerra. 


También este film lleva todas las características propias del realizador, sus defectos y sus virtudes. Grandilocuente y pretenciosa, sagaz, onírica, llena de signos. Vital y fuerte. En el debe se puede mencionar como su film que peor envejeció, a causa de que compone la película con todos íconos futuristas (encargado a los mejores diseñadores del momento) que languidecería con el paso del tiempo convirtiéndose en una marca de los propios años setenta.
 

Es el film que marcó su impronta de dividirlos en dos mitades antagónicas, como un viaje de ida y vuelta de sus personajes con el bagaje de las acciones-adquisiciones hechas por el camino y sus funestas consecuencias. Mostrándonos la violencia sin violencia, casi de forma artística (si la miramos hoy sería risible las prohibiciones de la época) dando un paso más terrenal que las odiseas del hombre que nos mostrara solo tres años antes en el film 2001.
Acierto en la elección de un ignoto protagonista (Andrew MacDowell), solo conocido por la melosa Love Store, después de utilizar Kubrick en casi todas sus películas -menos las primeras y 2001- a actores consagrados como Sterling Hayden, Kirk Douglas, Peter Sellers (en dos oportunidades) y James Manson.

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